martes, 25 de febrero de 2014

Un veterano de la Guerra del Pacífico y la Recepción del Regimiento Colchagua en 1881




Autor :Juan F.Cornejo Acuña


Don Joaquín Cañas Serey, veterano de la Guerra del Pacífico, nacido en Valparaiso, hijo de Cipriano Cañas y de Ruperta Serey.

Se casó en la Parroquia San Fernando  Rey el 17 de Mayo de 1887 en San Fernando con Rosa Rojas Veras la cual era hija de José Ignacio Rojas y de María Veras, fueron testigos del Matrimonio Don Rómulo Díaz y Doña Florinda Correa.

Tuvo como hermano al veterano y Soldado de 1879, don Sandalio Cañas Serey el cual era muy amigo del veterano Isaac Ormazábal Canales del Batallón Vichuquén, natural de Cutemu, ambos regresaron con vida a San Fernando el Jueves 17 de Marzo de 1881, después de haber servido al país en la guerra del Pacífico y de haber hecho gran parte de la campaña del norte, participando en la Batalla de Chorrillos, San Juan, Morro del Solar y Miraflores entre otras.

Ese jueves 17 de marzo, había acudido a la estación del ferrocarril en San Fernando casi todo el pueblo, con anhelo de recibir a sus representantes en el ejército del Norte.

Las calles por las cuales debía desfilar nuestro Regimiento estaban vestidas de gala.El paseo de las Delicias fue cubierto de gallardetes, figurando en ellos los colores nacionales.

Se ostentaban en el mismo paseo tres arcos triunfales, llamando la atención el construido por la señora doña Rosa Herrera de T.

La calle de Maipú, hasta la de Valdivia, estaba también tapizada de gallardetes como las anteriores, y figuraban en ellas tres arcos triunfales con sus respectivas inscripciones.

De la misma manera estaba la calle de Valdivia; figurando en primera escala el magnífico arco que la Ilustre Municipalidad dedicaba al Regimiento Colchagua; el construido por la Sociedad Unión, que merece especial mención, y el construido por las alumnas de la escuela superior, que figuraba una media luna llena de inscripciones.

En esta misma calle y frente al Liceo, don José B.Valenzuela, construyó una gran portada, por la cual debía desfilar el regimiento, al pasar para su cuartel.

Nunca San Fernando se había visto tan engalanado.

Un gran penacho de humo y el pito de la locomotora anunciaban la llegada del Regimiento a la estación de nuestra ciudad, el pueblo lo recibió con entusiastas aplausos y la banda de música, que la comisión de recepción hizo venir de Santiago, saludó a nuestros valientes soldados con el Himno Nacional.

A son de voladores desembarcó el regimientoy se formó en la misma estación, desfilando en seguida por la calle de las Delicias, con su comandante a la cabeza,el cual iba acompañado por el señor don José María Valderrama L.,y el secretario de la Intendencia,el señor Riveros Parga.

El Viernes 18, por la mañana, se celebró en la matríz una misa de gracia con toda solemnidad, predicando el orador señor don Juan Francisco Riveros.
A las 6 de la tarde se obsequió, en el hotel de la plaza, un gran banquete al comandante del regimiento, señor don Manuel J.Soffia y oficialidad.

Reinó en el banquete el mayor entusiasmo en toda la inmensa concurrencia.

El Sábado 10,  salió nuestro Regimiento al Campo de marte, en donde hizo un lucido ejercicio de fuego.

En la noche de ese día, hubo en la plaza de Armas fuegos artificiales, en donde se quemó tanta pólvora como nunca se había visto en San Fernando.
Nuestros hombres valientes soladados ya descansaban después de duras batallas en su ciudad querida.

Fuente: Archivo nacional, archivos parroquia San Fernando rey, Registro civil Vichuquén, fuentes familiares.

San Fernando, Febrero  26 del  2014.
            

martes, 18 de febrero de 2014

La obra desconocida del túnel el árbol aún se conserva

En esta ocasión les dejamos este artículo de nuestros amigos Juan Cornejo Acuña y Juan Cornejo Torrealba sobre el descubrimiento de una obra desconocida en el túnel el Árbol del ferrocarril de San Fernando a Pichilemu publicado recientemente en el Diario el Condor de Santa Cruz.

El link en PDF aquí: 




Poesías Populares de Bernardino Guajardo


Ediciones Tacitas, Santiago de Chile, 2012, 90 páginas.


Bernardino Guajardo
Malloa (1810?-1886), “quién supero a todos los poetas populares en la expresión criolla”, según Juan Uribe Echevarría, es quizás el más antiguo poeta popular del siglo XIX de que se tenga memoria en Chile. Este notable autor no solo incursionó en la literatura de cordel, sino que también publicó sus poemas en libros que él mismo vendía, voceándolos a todo pulmón igual que sus liras. “Yo todos los repartía/ vendidos, dados i fiados”, dice en uno de sus poemas. Los libros que escribía los titulaba de la misma manera: Poesías populares. Aquí se presenta el tomo octavo de esos libros publicados en Santiago durante 1885.