Por Cristian Urzúa Aburto
El concepto de
vacaciones lo podemos definir como un desplazamiento temporal con fines de
esparcimiento que surge en las sociedades industrializadas. Se encuentra asociado al
surgimiento de la burguesía y las clases medias, cuya prosperidad económica posibilitó tiempos de ocio.
El turismo alcanza masividad cuando los obreros, en su lucha por mejores
condiciones de trabajo, logran regular el trabajo a destajo, con el
descanso dominical y vacaciones anuales. Así, por el constante ajetreo de la
vida urbana, el deseo de escapar de la presión, evadir el estrés y relajarse se
hizo cada vez más necesario.
Como condición
previa del desarrollo del turismo en Chile era necesario crear una estabilidad
social y política durante el periodo republicano, asegurando los caminos de los
bandidos que tan frecuentemente caían sobre los viajeros. Así mismo, era
necesario el desarrollo de una infraestructura vial que permitiese rápidos
desplazamiento de norte-sur y desde el valle a la costa.
Esto se logró
con la construcción del ferrocarril al sur (que en 1862 llega a San Fernando) y
el ramal de San Fernando a Pichilemu (que llega a la costa en 1926). Con la aparición
de vehículos motorizados desde la década del 1920 (autos, camiones y buses), y
la construcción de carreteras de alta velocidad a mediados del siglo XX aparecen las empresas del transporte que crearán una alta conectividad local.
Parque Ross en Pichilemu |
Desde temprano,
podemos reconocer viajes de extranjeros hacia la región, aunque muchos de ellos
tenían más bien un carácter político, militar, económico o científico. Sin
embargo, desde mediados del siglo XIX tenemos noticia de que los habitantes de
los valles centrales realizaban el tradicional “viaje a la costa” desde las
capitales provinciales y los pueblos aledaños hacia los poblados de Bucalemu, Cahuil,
Pichilemu o Matanzas. Las familias preparaban sus carretas, enyugaban los
bueyes y partían rumbo hacia la costa a casa de familiares ("los costinos") o donde alguien
pudiera alojarlos.
Con la
aparición del ramal a Pichilemu estos viajes se hicieron más constantes. Los
“turistas” llevaban pan amasado, huevos duros, fiambres y humitas; realizaban
asados de carneros o cazuelas con su infaltable botella de vino, mientras
entonaban cantos y se bailaba cueca. Desde la década de 1950, estos viajes fueron
realizados en camiones particulares y luego en buses
comerciales.
Es por esta
razón que la costa, y en particular su balneario histórico, Pichilemu, se
convirtió en una zona de veraneo por excelencia para los habitantes de la sexta región. Primero, de las clases altas, un centro aristocrático de importancia construido
por la familia Ross; luego, de clase media y popular, atraídos por la belleza
de sus rincones, el “carrete nocturno” y
sus playas aptas para deportes acuáticos, en especial el Surf en Punta de Lobos
y Navidad.
El otro lugar
de importancia de la sexta región es la zona cordillerana, que ofrece múltiples
opciones para los veraneantes. Montaña
adentro encontramos las Termas de Cauquenes y las Termas del Flaco que desde
tiempos remotos ofrecen sus aguas medicinales y baños de barro. En la cuenca
del Cachapoal encontramos la Reserva Nacional Río de los Cipreses, donde podrá
encontrar la vegetación, flora y fauna característica de la región de O’Higgins
como el cóndor, el zorro culpeo y el guanaco. Agencias especializadas realizan
viajes a Sewell, que es hoy patrimonio histórico de la humanidad. En la “ciudad
de las escaleras” puede usted conocer las habitaciones de los empleados y trabajadores,
su capilla, museo y cancha de bowling, entre otras atracciones.Surfeando en Pichilemu |
Sewell |
Como reconocida
zona “huasa”, el “turismo rural” no podía estar ausente. De forma reciente se
han implementado iniciativas que promueven la cultura y el folclor tradicional
de los pueblos. Como centros artesanales emblemáticos permítasenos recomendar los
pequeños pueblos de la región como Doñihue, la capital del tejido campesino, y
Chimbarongo, por su industria artesanal del mimbre. El rodeo en distintas
localidades continúa siendo el deporte local por excelencia. Estos pequeños poblados
presentan ese encanto rural y tradicional del chile central donde podrá
encontrar al típico huaso, escuchar tonadas campesinas o degustar una cazuela de
autentica gallina de campo.
El carácter histórico
de esta zona es en sí una forma de atractivo turístico que se puede observar
en las ciudades de Rancagua, San Fernando, Santa Cruz, San Vicente de
Tagua-Tagua o Pichilemu, que albergan una amplia gama de edificios históricos,
monumentos y museos. Los museos que se pueden visitar en esta zona son el Museo
Regional de Rancagua, El Museo del Cobre en Sewell, El Museo de Colchagua de
Santa Cruz, El Museo de La Laguna de San Vicente de Tagua-Tagua y el Museo del
Niño Rural de Ciruelos. Dentro de este concepto podemos agrupar también a las
distintas haciendas o casas patronales que perviven en la región y que
constituyen un legado cultural importante por su arquitectura y significado
histórico. Casonas importantes que se pueden visitar en la región son la
hacienda El Huique en Palmilla y la casa Patronal Lircunlauta en San Fernando.
La gastronomía
local no se ha quedado atrás. ya que con la conformación de distintas actividades se
ha logrado promover los sabores tradicionales. Dondequiera que vaya usted
encontrará esa “picada” local donde podrá degustar la comida tradicional
chilena (cazuelas, asados, empanadas, humitas, etc., etc.) o visitar esas antiquísimas
tabernas donde podrá tomarse desde un "pihuelo" hasta un “terremoto”. A lo largo
del año se organizan distintas fiestas tradicionales (vendimia, trilla, chancho muerto o
esquila) donde se expone lo más característico de cada pueblo. Y, para quienes
tienen el bolsillo holgado, pueden recorrer las exclusivas rutas del vino de los valles de Cachapoal o Colchagua, degustando de los mejores vinos del mundo.
Museo Lircunlauta |
Así, la región
de O‘Higgins ofrece la más variadas alternativas, al alcance de todos los
gustos y bolsillos, para pasar el verano en los más bellos paisajes que ofrece
esta singular geografía del valle central chileno.
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