domingo, 30 de marzo de 2014

"Los Conocí en Mi Pueblo"... Un Documental sobre la Historia de Rengo.



Título: Los Conocí en Mi Pueblo
Año: 2012
Género: documental
Duración: 41 min. 
Producción: Thakhi Producciones, en coproducción con Panquehue Films. Director: Gabriel Miranda y Jorge Cofré

“Los conocí en mi pueblo” es un documental realizado por Gabriel Miranda Arcos y Jorge Cofré Lizama que cuenta la historia de la comuna de Rengo a partir de los testimonios biográficos de tres octogenarios: Simón Yarza (cantante de tangos y boleros, basquetbolista amateur, político y cronista), Hugo Escobar (fotógrafo, empresario, bombero y ex concejal) y Fernando Ibañez (empresario, bombero y ex alcalde). El contexto en el que se desarrolla el documental es la ciudad de Rengo y sus espacios principales: la plaza de armas y sus alrededores, donde un monumento o edificio actúan como estimulantes de la memoria e invitan explayarse a sus protagonistas. El tiempo histórico que aborda comprende desde la década del ‘40 del siglo XX hasta la actualidad, aun cuando ayudado de las tradiciones orales y documentación histórica fue posible indagar aún más allá.

El director deja que la voz de los protagonistas se impongan en la cinta, la que se enmarca en una estructura discursiva de cinco capítulos distribuidos de la manera siguiente: Capítulo I: tres visiones; una identidad; Capítulo II: La búsqueda de un sendero; Capítulo III: El espíritu de una comunidad; Capítulo IV: Con el desarrollo en el horizonte…; y Capítulo V: Memoria viva. A partir de estas secciones los protagonistas describen interesantes aspectos de la historia local que se encuentran enlazados a su vida personal. Como en toda obra se rescata el anecdotario local como, por ejemplo, las historias de  Benigno Corral Román, héroe de la guerra del pacífico, y el origen de la pila de la plaza, o sobre como la industria el Molino quebró por no poder satisfacer las exigencias de sus trabajadores. En ocasiones algunos capítulos resultan muy breves y no logran abarcar el enunciado que las describe.

El capítulo más interesante y articulado a mi parecer, y que responde a un elemento de la identidad local, es el capítulo IV: “Con el desarrollo en el horizonte…”. Que habla del origen industrial de Rengo y el prestigio ganado tras la “Exposición Industrial” en 1948 que consolida a Rengo como una comuna industrial. Entre las empresas formadas destacan el Molino de Caupolicán (fundada en 1893), la Compañía chilena de fósforos “Los Andes” (1922) o la fábrica ODIS (1932) que tuvieron su auge entre 1920 y 1970. Los entrevistados argumentan como ese glorioso pasado se perdió, y reflexionan cómo podría recuperarse aquel esplendor de una manera nueva. Debemos agregar que este auge industrial de Rengo se enmarca en un proceso de industrialización general de la región. Durante esa época en la región de O’Higgins, como en muchos lugares de Chile, la industria acapara gran parte de las orientaciones productivas de las distintas localidades, muy en especial en San Fernando, Rancagua y Machalí en el marco de la Industrialización Sustitutiva de Importaciones (ISI) promovida por el gobierno. Desde los ‘80 se consolida un “retorno” a una economía agraria con el surgimiento de la agroindustria y las empresas vitivinícolas que hoy la caracteriza. 

Si bien la segmentación por capítulos da cierto orden narrativo al documental, faltó darle más contenido y conexión a los relatos insertándolos en el contexto histórico de la ciudad para así establecer los elementos fundacionales de la identidad que se trata de rescatar, de modo que para el espectador (que por lo general no conoce la historia de Rengo) no le resulten como una serie de anécdotas inconexas. Quizá una voz en off apoyada de material fotográfico y audiovisual que contextualicen la historia local en el contexto nacional podría haber ayudado a mejorar la comprensión de la historia renguina. No obstante, una perspectiva es siempre una opción, y el tono simple del relato, el dejar hablar, otorga aquella singularidad que le da valor estético al documental.

Esta cinta tiene un gran valor al describir elementos históricos poco conocidos para el ciudadano y puede otorgarles elementos de juicio a los renguinos para repensar su habitar en la ciudad y el modo de conducirse en el futuro. Aquí no sólo se habla del pasado como algo lejano, sino como un elemento añorado que otorgaba identidad y orgullo a Rengo, pero que ya no existe más. Símbolo de esta pérdida es que en el nuevo escudo de Rengo no figura el engranaje, símbolo del industrialismo que portaba la antigua insignia. Cabe preguntarse entonces, -y cerramos con esta interrogante– ¿qué pasa con la identidad cuando sus elementos simbólicos ya no existen y parece no haber otros referentes para reemplazarlos?

Dejamos el link para verlo por youtube: 
Por: Cristian Urzúa Aburto.

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